Tuesday, January 17, 2012

Cuando no llegas...

Cuando no llegas, tampoco llega la escritura. O no es que tú no llegues, es que simplemente escribir no llega. A veces sólo escribo para no olvidar cómo es que se hace, independientemente de que llegues o de que no llegues. No quiero olvidar cómo es que una palabra le sigue a la otra originando sentido, aunque a veces ese sentido no sea sino hacía adelante como queriendo llegar a algún lugar, aunque sin el propósito de hacerlo. No pretendo llegar a ningún lugar cuando escribo, no veo a las palabras como piedras sobre un río que me ayuden a cruzar el silencio. No intento cruzar el silencio, no hay palabras sin silencio y hay veces en las que aún habiendo palabras no hay nada tan persistente como el silencio. El silencio no lo genera la ausencia de palabras, acaso la ausencia de una respuesta. Quizá ni entonces. No importa que no llegues tú ni tu respuesta, la escritura siempre sí llega y se rodea de silencio pero sólo de ése silencio que existe entre las palabras, ése que es apenas un leve suspiro exhalado, ése que es sólo fracción de segundo, que es pausa, que es angosto abismo, que es a veces casi imperceptible espacio en blanco. Lo blanco entre las palabras es mi silencio, silencio necesario, por otra parte, porque sin silenciomeconviertoenruidomeconviertoilegiglemeconviertoenrenglónseguidoinintelegible. No quiero ser renglón seguido, ilegible e intelegible. Quiero silencio entonces, quiero espacios en blanco, espacios vacios, lo que no quiero es dejar de escribir, ya lo dije, no quiero olvidar cómo es que se hace, no quiero olvidar el uso de las palabras ni el uso del silencio. No quiero que llegues y que no haya escritura.

No comments:

Post a Comment